El silencio fue nuestro único acompañante en el regreso al aeródromo, tumbada en el regazo de Orlando intentaba descubrir sin suerte el porqué de lo ocurrido, porque últimamente tenían que sucederme cosas tan desagradables porque no podían ser unas vacaciones tranquilas como suele sucederle a la mayoría de la gente.
No tardaron mucho en salir al rescate unos por tierra y otro helicóptero en reconocimiento por aire, solo espero que no tarden mucho en regresar con noticias no quiero esperar demasiado tiempo para saber el estado de Nora y de los demás.
El matrimonio que viajaba con nosotros ha decidido marcharse y quedamos solos en una pequeña sala acristalada que da a la pista de aterrizaje fría y gris, no decimos nada, no nos miramos, tan solo somos capaces de mantener nuestras manos entrelazadas y sentir el calor que estas desprenden, ¿pues qué podemos decir? Tan solo esperar… solamente esperar.
No tarda mucho en regresar el helicóptero y ambos corremos hacia el piloto en busca de noticias.
Lo siento he tenido que regresar el aparato da problemas y no puedo ver nada desde arriba tendremos que esperar unas horas para ver que nos dicen los demás compañeros_ nos comenta el piloto muy amablemente y mostrando preocupación tanto por nuestros amigos como por su compañero Martínez.
Sé que son difíciles los momentos por los que están pasando pero debemos ser positivos y esperar que todo salga bien Francisco es un buen piloto y seguro que hizo todo lo posible para evitar grandes daños_ comenta de nuevo Torres para intentar tranquilizarnos.
Tiene usted razón tenemos que ser positivos y pensar que pronto esto solamente será un vago recuerdo _le contesta Orlando algo más relajado.
Pasan las horas sin saber nada y sin tener nada que hacer más que esperar noticias, Orlando ha ido a preguntar e informarse si saben algo nuevo mientras yo decido salir a tomar un poco el aire.
Esta refrescando ,el día se está nublando, camino despacio sin rumbo fijo solo para que la brisa roce mi cuerpo y refresque un poco mi mente, las copas de los arboles se mueven suavemente al compas del aire que se levanta cada vez más ligero tienen un color verde tan vivo tan refrescante que te invitan a acercarte más para contemplarlas de cerca, a mi izquierda descansa el helicóptero en la pista mientras que de frente la espesura de la selva comienza, sigo caminando tranquilamente hacia ella con mis brazos entrelazando mi pecho para refugiarme un poco en mi misma parece una tontería pero cuando te abrazas tienes la sensación de encontrarte algo más segura quizás sea absurdo pero yo me siento así.
Tumbada en el tronco de un árbol y de cara al aeródromo sigo los pasos de Orlando de un lado para otro hablando con todo el mundo y buscando información, el a su vez no me pierde de vista y un beso al aire cada diez minutos me demuestra lo pendiente que esta de mi.
Es curioso como en estos momentos en los que uno esta tan mal los recuerdos invaden tu mente, revives viajes, encuentros, cumpleaños, pequeños enfados por los que nunca pediste perdón todos ellos revolotean constantemente por tu cabeza a la vez que no dejas de pensar en eso que no le dijiste nunca, en ese abrazo que en su momento no diste y si te has dejado algo importante por explicarle, ¿Qué tontería no? ¿Que importa eso ahora? Cuando realmente lo único que importa es verla aparecer delante de mí y poder abrazarla yo solamente puedo pensar si le pedí disculpas por pequeños enfados sin importancia ¡que tonta soy!
Un grito al aire me saca de mi estúpida conversación conmigo misma, es Torres; con las manos en la cabeza cae de rodillas al suelo, quedo muda y con los ojos muy abiertos y fijos en él por unos instantes, el piloto no deja de dar puñetazos al suelo, Orlando le sujeta por los hombros intentando tranquilizarle, es obvio que no son buenas noticias, una mirada de mi amor me hace reaccionar y corro hacia él en busca de noticias y de saber que está ocurriendo.
Acaban de avisar por radio; han llegado a los restos del aparato e informado del fallecimiento de Martínez.
Un pequeño grito seco se escapa de mi pecho y exploto a llorar esperándome lo peor.